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Las Escuelas Normales nacen con el pensamiento liberal de 1933 con las leyes expedidas por Valentín Gómez Farías donde dice que la educación debe ser pública y libre la enseñanza. Aunque en ese tiempo las medidas habían de surtir efectos limitados; el desarrollo de las corrientes liberales las llevarían más adelante a su plena madurez en la constitución de 1857, en las leyes de reforma y particularmente en la Ley Lerdo; que establece el Laicismo en la Educación Primaria.

Las Escuelas Normales de educación básica nacen con el proyecto de una educación pública, gratuita, dependiente del Estado, libre de influencia eclesiástica destinada a toda población de México.

En ley orgánica de instrucción pública de 1869 se tomó en cuenta la necesidad de contar con profesores debidamente preparados para conducir la educación, propuso la creación de las escuelas normales en todo el territorio nacional y para dar unidad a la enseñanza, planteó la conveniencia de reglamentar la inspección escolar.

Además de las Reformas de ley en la instrucción pública en el período presidencial de Benito Juárez, se iniciaron grandes innovaciones pedagógicas entre algunas de ellas la renovación de los métodos de enseñanza, la enseñanza objetiva y la educación integral, propósitos que habrían de consolidarse en períodos posteriores y que contribuyeron de manera precisa a la conformación filosófica de las funciones de las escuelas normales a la par de la Instrucción Pública en México en la reforma con la conciliación de las dos corrientes del pensamiento filosófico: El Positivismo y Liberalismo en el Porfiriato, esta fusión se refleja en el pensamiento de Rafael Ramírez, Secretario de Justicia e Instrucción Pública en 1877.

En el Segundo Congreso Nacional de Instrucción Pública en 1890-1891; referente a las Escuelas Normales, fue definida cuidadosamente la metodología y se dio preferencia a los procedimientos inductivos y a los principios de la enseñanza objetiva.
Además se estableció por ley que todas las entidades federativas de la República deberían establecer Escuelas Normales para Profesores y Profesoras de Instrucción Primaria. Las escuelas normales de las diversas entidades federativas de la nación serán uniformes.

El plan de estudios de las escuelas normales de profesores comprenderá tanto las materias preparatorias como los estudios profesionales indispensables para que los maestros normalistas pongan en práctica las resoluciones concernientes a la uniformidad de la enseñanza primaria.
Los cursos de las escuelas normales de varones deberán durar 3 años para los profesores de instrucción primaria elemental y 5 para los de instrucción primaria superior; más los 6 meses de práctica final.

A fin de generalizar la práctica de los métodos modernos en las escuelas del campo, se establecerán en las escuelas de las cabeceras de municipios, cantón o distrito en que haya maestros competentes, cursos prácticos de metodología, a los que concurrirán los maestros de las escuelas inmediatas. Cada escuela normal debería tener una primaria como anexo de modo que los estudiantes pudieran realizar convenientemente sus prácticas.

El Sr. Joaquín Barranda, siendo Secretario de Instrucción Pública, manda una iniciativa de ley al Congreso de la Unión a la cámara de Senadores y fue aprobada por ésta el 23 de mayo de 1888 y el Proyecto se convirtió en ley, donde se garantizaba la educación pública obligatoria gratuita y laica como un derecho y como un deber del Estado. Bajo la sombra de esta ley y fundamentación filosófica y pedagógica nace la escuela Normal de Coahuila en el año de 1894 el 4 de mayo.

El mismo año se crea el Primer Departamento de Educación Normal en el Estado de Coahuila. Es por eso que la Benemérita Escuela Normal de Coahuila es la Institución pionera de la educación pública que imparte el Estado de Coahuila 1894-2001. La Benemérita Escuela Normal de Coahuila nace con el pensamiento filosófico del positivismo al final de la etapa Porfirista y con los movimientos pedagógicos mexicano al fin del siglo XIX y principio del siglo XX.

Puede decirse que el nacimiento de la B.E.N.C. comienza con la restauración de la República (1867) y el Congreso Higiénico y Pedagógico (1882) donde nace la Escuela Elemental de Manuel Guillé y la enseñanza objetiva de Calkins. La B.E.N.C. nace con el contenido liberal de la educación pública, una educación al servicio del pueblo, aunque en ese tiempo era la clase media urbana y semiurbana la que recibía la educación.

Se podía decir que la B.E.N.C. y otras del país tuvieron dos etapas de inicio: La primera cuando Don Joaquín Baranda estuvo a cargo de la Secretaría de Justicia e instrucción pública con un pensamiento educativo positivista de la dictadura de Don Porfirio Díaz. “Así como la Generación Positivista no puede entender a la vieja Generación Liberal”- dice Leopoldo Zea- en la misma forma la nueva generación (de pensadores) no va a entender a la formada por el positivismo”. En 1906 la primera generación de alumnos egresados de la B.E.N.C. y maestros de la misma y un numeroso grupo de estudiantes y escritores jóvenes se congregaban en torno a un mismo afán: Romper el cerco de una cultura que ya no los satisfacía.

La savia nueva inició su trabajo educativo en la Normal con la corriente pedagógica del pragmatismo en 1908, los maestros: Leopoldo Villarreal Cárdenas, Apolonio M. Avilés Muñoz y Rubén Moreira Cobos, alumnos de la primera generación que terminaron sus estudios en Massachusetts, E.U.A. y que se incorporaron al trabajo académico con la dirección del Profr. Andrés Osuna Hinojosa.

El propósito del Plan de Estudios fue de configurar una educación popular, para la libertad en un sentido social despertando la conciencia de los hombres del nuevo siglo. En este período fue Secretario de Instrucción Pública, Don Justo Sierra que sostuvo el contenido liberal de la educación pública y el uso de textos liberales tales como la Historia Patria para las Escuelas Primarias y la Historia General destinada a la Preparatoria.

La instrumentación de un nacionalismo liberal educativo viene a ser la línea política del segundo período de formación de las Escuelas Normales en México y por ende, de la Benemérita Normal de Coahuila. En el año de 1894, siendo Gobernador del Estado el Sr. Francisco Arizpe y Ramos y como Secretario de Gobierno el Lic. Miguel Cárdenas, se funda la Escuela Normal de Coahuila. La fundación de esta Institución con un futuro incierto que es fácil de comprender no se disponía de un personal docente con una preparación completa pero si con mucho interés de sacar adelante ese proyecto educativo. Tampoco se tenía un edificio apropiado a las exigencias del mismo tanto para la Escuela Normal como para la práctica anexa.

El primer Director fue Luís A. Beauregard, Maestro egresado de la Escuela Normal de Veracruz, para ser exacto en Jalapa, Veracruz, donde existía la Escuela Normal más moderna y mejor organizada por Don Enrique C. Rébsamen, con la compra y construcción de los muebles más necesarios, así como contratar el edificio que provisionalmente debería ocupar para la instalación de la escuela. En la calle 5a, calle de Hidalgo y marcada con el No. 4, se organizó una sencilla fiesta para solemnizar la instalación del Plantel; dicha fiesta tuvo verificativo la noche del día 4 de mayo de 1894.

Debido a que el edificio que se alquilaría no reunía las condiciones higiénicas y pedagógicas necesarias, la Escuela pasó a ocupar un nuevo local situado en la calle 4, calle de Hidalgo este edificio, con el tiempo y por las necesidades de la escuela no tenía la suficiente amplitud y por convenir a los intereses de la escuela de construir un edificio en mejores condiciones por lo que fue trasladada a un edificio de la misma calle de Hidalgo con el número 26 en la acera de enfrente del edificio anterior.

La idea de construir un edificio especial pues vistas las dificultades que se presentaban a cada paso por las carencias de éste, se pensó que tales contratiempos sólo desaparecerían levantando un edificio que reuniera las necesidades técnico-pedagógicas e higiénicas de una Escuela normal. Siendo Gobernador Interino el Sr. Lic. Miguel Cárdenas considerando como prioritario la instrucción pública y las buenas relaciones y propósitos de la nueva administración con la escuela alentaron a la dirección de tomar la iniciativa consistente en levantar el edificio que actualmente ocupa.

Aprobada la iniciativa de referencia y después de haberse examinado en todas sus partes, a mediados del año de 1906, se dio principio a la construcción de acuerdo al contrato, planos y especificaciones correspondientes que facilitó el Director de la Institución: Andrés Osuna Hinojosa. La Escuela se obligó con el ejecutivo a pagar $ 50,000.00 pidiendo apoyo a padres de familia y personas solventes que quisieran ayudar a la construcción de esta magna obra, y el Estado daría igual cantidad que sumarían $ 100,000.00 que fue lo que costó la construcción del edificio de Cuahutémoc y Calzada de los Maestros.

Pasados algunos meses cambió la economía del gobierno y se tomó el acuerdo de devolver la semana que se habían recogido entre padres de familia y las personas nobles que habían aportado la cantidad acordada. Debido a la ayuda del gobierno del Estado de ese tiempo y la decidida intervención de la Dirección del plantel se pudo hacer tan magnífico edificio considerado ya, y con justicia como uno de los más bellos y mejor construidos no sólo en Coahuila sino en toda la República Mexicana.

El quinto edificio que ocupó la Normal fue el que está ubicado en la calle de Ramos Arizpe y Carlos Salazar donde antes de su construcción existía el Estadio Saltillo y comprendía toda la manzana de Obregón, Colón, Salazar y Ramos Arizpe. El cambio de las normas se debió a que se necesitaba más espacio de jardines y canchas deportivas y las instalaciones más modernas que se necesitaban de acuerdo al enfoque higiénico pedagógico de esos tiempos, el cambio de edificio se dio el 19 de marzo, terminando con 60 años de vida estudiantil normalista y con el sentir de muchos de los maestros y alumnos mencionado por la Profra. Amelia vitela al decir que se sintió un nudo en la garganta al cerrar las puertas del antiguo edificio. En el edificio de Ramos y Salazar se dieron las Bodas de diamantes del aniversario de la B.E.N.C.

Antes de la creación de la Escuela Normal de Coahuila las escuelas primarias estaban a cargo de maestros empíricas, careciendo de la Formación técnica Pedagógica. El Gobernador de Coahuila José Ma. Garza Galán preocupado por ello había expedido en 1889 un decreto por el cual se creaba la Escuela Normal de Coahuila. Fue hasta en 1894, siendo gobernador don Francisco Arizpe y Ramos y Secretario del ejecutivo el licenciado Miguel Cárdenas cuando el congreso del estatal autoriza al ejecutivo para hacer los gastos necesarios de instalación y sostenimiento de la escuela normal para profesores expidiéndose el decreto no 618 en el que queda establecida legalmente la escuela normal de Coahuila; su objetivo, plan de estudios, reglamento, derechos y obligaciones de estudiantes normalistas así como la creación de la escuela anexa a la normal.

El maestro Enrique Rébsamen, educador que dirigía la escuela normal de Jalapa Veracruz, recomendó al maestro Luís A. Beuregard para que organizara la normal de Coahuila y quien sería el primer director de la naciente escuela. Una vez iniciados los trabajos de organización se renta una casa ubicada en la calle de hidalgo marcada con el número cuatro que en la actualidad cuenta con el número 211 ahí la noche del 4 de Mayo de 1894, se celebró la ceremonia de inauguración.

     

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